lunes, 17 de enero de 2011

DEFINITORIA DE TERAPIA NEURAL

David Vinyes (Director del Instituto de Terapia Neural de Sabadell/ del Master de Terapia Neural y amigo)
Médico. Sabadell (Barcelona)
DEFINITORIA DE TERAPIA NEURAL
El autor pretende dar a conocer algunos de los conceptos básicos y clásicos de la Terapia Neural, para exponer después su perspectiva personal así como algunos casos clínicos que ayuden a comprender esos conceptos.
Terapia Neural significa tratamiento mediante el Sistema Nervioso, especialmente el Vegetativo, el cual se halla presente de un modo mayoritario en la piel. La interacción entre mente, sistema nervioso e inmunitario, constituye el eje de nuestra capacidad de adaptación, característica fundamental para la supervivencia, desarrollada a lo largo del proceso evolutivo. A su vez, el sistema nervioso es entendido como un integrador de los diferentes órganos y tejidos de nuestro cuerpo, pues es una red de información que llega a todas las células a través de la matriz extracelular, conocido como sustancia básica. Esto hace que cualquier irritación que altere las propiedades (y sus funciones) de una parte de este sistema, estará afectando a su totalidad, y se sentirán y apreciarán las repercusiones allí donde se halle una predisposición a la disfunción.
La Terapia Neural busca neutralizar estas irritaciones que, afectando el tono neurovegetativo, desencadenan o catalizan la enfermedad. Esta neutralización se consigue aplicando un anestésico local (generalmente procaína) en bajas concentraciones específicamente en los sitios donde el sistema nervioso vegetativo ha sufrido agresión o lesión. Eliminando estos bloqueos que alteran el intercambio de información y elaboran estímulos irritativos a la red nerviosa, se pretende reactivar los mecanismos de regulación para que el propio organismo produzca sus propias reacciones autocurativas, desarrollen su actividad y le conduzcan a un nuevo orden mediante su propia fuerza vital. Por eso se complementa con medidas higiénico - naturistas.
Un concepto holístico a través del Sistema Nervioso Vegetativo
La Terapia Neural entiende que enferma el SER, y trata al SER.
El SNV forma parte de todos los circuitos reguladores del organismo (humorales, hormonales, neurales y celulares), ya que intercambia mediadores de información con todos ellos (neurotransmisores, neuropéptidos, interleucinas, neurohormonas, citoquinas), por lo que podríamos decir que todos estos sistemas de regulación interconectados son, en sí mismos, uno solo.
Por sus múltiples conexiones con el córtex cerebral, los pares craneales, los nervios periféricos y viscerales y por sus fibras y ganglios propios, regula y toma parte en TODAS las funciones del organismo.
Y por sus infinitas conexiones con las estructuras encefálicas, el hipotálamo, el hipocampo, el área límbica y otras, participa en los procesos mentales, emocionales, sociales y culturales. Insisto, el Sistema Nervioso es una pieza clave en la integración de la totalidad del SER.
Pero a su vez, según sugiere la observación clínica y demuestra la investigación, factores sociales, psicológicos y emocionales influyen en el eje neuro-endocrino-inmunológico, y por ello repercuten en todas las partes y funciones del organismo. Se ha demostrado que vivencias estresantes, la ansiedad y la depresión pueden inhibir algunas manifestaciones de la respuesta inmune. Precisamente la psico-neuro-inmunología es una oportunidad para la institución médica para dar un gran paso hacia una visión más holística del ser humano, justamente mediante el lenguaje que mejor entiende, el de la ciencia.
El SN es probablemente quien está más involucrado en la somatización de los sucesos sociales y culturales, a través de las emociones. Estas manifestaciones físicas de nuestros miedos y ansiedades, son unas claras indicaciones que nos ofrece el sujeto y que nos pueden ser muy útiles si nos proponemos aprender ese simple lenguaje.
Por todo ello, el sistema nervioso nos brinda la oportunidad de actuar a la vez sobre los factores orgánicos y los psico-sociales, que son aspectos inseparables en el proceso de enfermar y en la vida misma.

La Terapia Neural
Las bases científicas de la TN tienen inicios en las investigaciones de los rusos Pavlov y Speransky. Médicos y cirujanos investigadores como Spiess, Head, Wischnewsky, Bikow, Leriche, Schleich y otros forman las dilatadas bases de la terapia a través del sistema nervioso. Más tarde, los hermanos médicos alemanes Ferdinand y Walter Huneke, desarrollaron la investigación y la sistematización propia de la Terapia Neural.
En 1925 los hermanos Huneke vieron desaparecer de súbito la jaqueca de su hermana, tan resistida hasta aquel entonces a diversos tratamientos recibidos. Siguiendo el consejo de un viejo colega, durante el siguiente ataque de su hermana, Ferdinand le inyectó atophanil endovenoso (un antirreumático) y vio que la migraña desapareció de inmediato, junto con todas las manifestaciones adicionales, inclusive una depresión. No se trataba de una simple supresión anestésica del dolor ni de un efecto sugestivo. Junto con su hermano Walter, descubrió la causa del asombroso efecto: Atophanil se fabricaba de dos maneras, para inyección intravenosa y para aplicaciones intramusculares con un poco de procaína para mitigar el dolor. Por error, Ferdinand inyectó en vena a su hermana la ampolleta para aplicación muscular. Allí empezó su asombro.
Ferdinand inyectó a una paciente con fuertes cefaleas y muy malas venas un poco de procaína paravenosa, logrando el mismo efecto que si hubiera inyectado en la vena. Dedujo que no podía ser el resultado de una reabsorción procaínica en el vaso sanguíneo. La rapidez de las reacciones, también en inyecciones fuera de la vena, les condujo a pensar en procesos eléctricos que corrían de alguna manera por vías nervioso - vegetativas. En 1928, publicaron sus experiencias bajo el título "Desconocidas reacciones a distancia de los anestésicos locales".
El papel del SN en el proceso de enfermar
Ya en 1906 Spiess comprobó que el impulso nervioso reflejo era un factor básico que precedía a la inflamación. Según sus observaciones, la extirpación de este factor primario alteraba el carácter total de la inflamación subsiguiente. En 1921 apareció el trabajo de Laqueur y Magnus relacionado con las consecuencias del envenenamiento de los gatos con fosgeno, que provocaba perturbaciones pulmonares sumamente serias. La sección previa de los nervios vagos a la altura del cuello o bien impedía estas alteraciones o por lo menos las disminuía considerablemente. Podemos interpretar de sus investigaciones que, en ocasiones, es más importante el reconocimiento del tóxico que hace el organismo a través de su sistema nervioso, que el tóxico en sí.
Speransky insiste en que en los procesos infecciosos agudos o crónicos el papel del microbio o virus es considerablemente menor que lo que se piensa habitualmente, por otra parte, el otro factor, el organismo injuriado, es capaz de inflingir un daño a sus propios tejidos y órganos, mucho más grave que el producido por los microbios. "Las bacterias y los virus podrían jugar un papel de indicadores, catalizadores o productores de las irritaciones".
En el caso de una infección, el germen no es más que la herramienta de que se vale el organismo para mantener un estado de inflamación, de acidosis, de yang, necesarios para mantener su tono u orden propios, es decir, como dice Payán, la enfermedad como camino hacia una organización propia en busca de su teleología.
Lo que ocurre en situaciones normales es que una irritación no deja huella permanente, pero en ocasiones el recuerdo permanece tanto a nivel hipotalámico como en la interconexión de corteza. Cuando Pavlov estudió los reflejos condicionados planteó que todo estímulo tenía una representación cortical funcional, no anatómica, con áreas de excitación central e inhibición periférica.
Se destaca la importancia del terreno, del huésped, del papel del SN y de la centralización de la irritación frente a la respuesta de todo el organismo.
Focos de irritación
Como veremos más adelante, un campo de interferencia es una irritación que permanece en la memoria y que en determinado momento uno o varios de ellos pueden causar cambios patológicos en un momento y en un ser dado.

Un nervio con una irritación permanente o con el recuerdo de ella sufre lo que se ha denominado parabiosis, cuyos principios son postulados en el Text Book of Phisiology de Bykov: "Debido a la fase refractaria que sigue a cada impulso de excitación, el tejido excitable puede producir sólo un número limitado de impulsos por unidad de tiempo. Si la fase refractaria absoluta dura, por ejemplo 0,002 segundos, el tejido no puede producir más que 1:0.002 = 50 impulsos por segundo; a mayor frecuencia, las estimulaciones individuales actuarán hacia el tejido, el cual aún está en un estado de completa inexcitabilidad, debido a lo cual la frecuencia de los impulsos será más baja que el de la estimulación".
Según Wedensky, al estudiar el paso de los impulsos a través de una sección del nervio modificado por la acción de narcóticos, solución salina, corriente eléctrica fuerte, calentamiento, presión mecánica, etc., la labilidad de esta sección modificada disminuye la conducción de impulsos a través de la sección modificada del nervio situado entre el sitio de estimulación y el músculo con rasgos característicos. La diferencia entre la acción de la estimulación rítmica fuerte y débil desaparece primero (etapa de ecualización). Como un resultado de cambios mucho más profundos en esta sección del nervio, una estimulación fuerte evoca una contracción muscular apreciable del todo, o bien una contracción inicial débil; mientras que una estimulación débil continua produce una considerable tetanización (estado paradójico). Finalmente la sección modificada del nervio pierde su habilidad de reacción no sólo ante estimulaciones fuertes, sino también ante estimulaciones débiles (estado inhibitorio, completa inconductibilidad).
Wedensky planteaba cuando el estado de parabiosis está completamente desarrollado el tejido parece haber perdido sus propiedades funcionales (excitabilidad y conductibilidad), ya que siendo él mismo fuertemente excitado se convierte en refractario para nuevas estimulaciones y generador de nuevos estímulos.
Vías de la corticalización
No toda irritación, química, térmica o traumática se conserva en el organismo, pues hay traumas, cirugías, infecciones o inflamaciones que apenas influyen en la salud del enfermo. Para que la irritación permanezca presente y actuante se deben dar factores aún desconocidos que influyen en el tono neural inicial y que hacen que el ser humano no pueda eliminar la información. Esto lo convierte en un evento muy complejo en el que se afecta todo el organismo, por esto la extrapolación a los seres vivos de los estudios realizados in vitro son sólo aproximaciones a la realidad. Los estudios realizados in vivo que más se acercan a la realidad son los que tienen en cuenta todas las variables posibles, y esto es una auténtica utopía para el método científico, pues sólo puede lograr que un experimento concluya con un resultado idéntico al repetirlo, si excluye infinidad de factores que pueden "sesgarlo", y en la vida real, estos factores forman parte de nuestra cotidianidad.
Recordando a Payán, el cuerpo es un sistema biológico de alta complejidad con billones de células y más de 300.000 reacciones enzimáticas por segundo y célula, termodinámicamente abierto, en constante intercambio de materia y energía con el medio (ecología), influenciado por la temperatura, la humedad, las corrientes de agua subterránea, el campo electromagnético, la posición de los astros, la composición del aire y de los alimentos, la dieta, la familia, el trabajo, etc. Todo eso nos hace únicos, irrepetibles, con un orden caótico individual. Por eso, una terapia que quiera ser causal, y no caer en la linealidad y el mecanicismo, no puede utilizar el protocolo y el vademecum.
En la dimensión afectivo-emotiva se acumula el malestar, bienestar o estado sensorio unido a la irritación. Luego el impulso llegará a la corteza asociativa en donde se efectúa la dimensión cognoscitiva, allí hay una integración sensitiva o motora de todo el fenómeno y parten vías eferentes hacia la periferia, pudiéndose producir afecciones y alteraciones que pueden causar efectos a distancia.
Por Pavlov se sabe que el proceso parabiótico no se presenta sólo en el sitio periférico sino que tiene representación funcional (no anatómica) a nivel de corteza cerebral. Al aplicar un dieléctrico (procaína al 0.5%), el impulso, a través de la medula llega al hipotálamo y al córtex produciendo nuevas conexiones que borran la memoria y permiten entender la acción terapéutica de la TN.

Por estudios previos de Speransky y Spiess ya sabemos que la procaína en bajas concentraciones (1% o menos) tiene efectos reguladores sobre estas zonas.
Speransky y Dosch planteaban que los ganglios simpáticos juegan un papel importante como estaciones de relevo en el proceso de información, de allí la importancia, a veces, de la aplicación ganglionar en la TN.
En el libro Manual de cirugía veterinaria (Plajotin) se describe: "El bloqueo novocaínico (procaínico) del nervio y de sus receptores que se encuentran en estado de superexcitación debido al influjo de acciones alterantes, disminuye o interrumpe por completo ese flujo de estímulos fuertes o superfuertes dirigidos a los centros nerviosos, sustituyéndolos por estímulos débiles que van desde las zonas de novocainización (procainización). Eso favorece la supresión de la superexcitación de la corteza cerebral, de los centros subcorticales y de la formación reticular y a causa de esto, la mejoría de la acción trófica de los mismos sobre la periferia y los órganos internos. Como resultado, "el efecto terapéutico del bloqueo de novocaína (procaína) con respecto al foco patológico, está condicionado no por la desconexión de los receptores, los nervios y otras vías de conducción, sino que se determina por la mejoría de sus propiedades funcionales después del bloqueo".
Modus de Acción de la Terapia Neural
Según Peter Dosch, cada célula equivaldría a una pequeñísima batería de potasio con un potencial de 40 a 90 milivoltios. Cada estímulo hace caer el potencial: despolarización. Normalmente la célula lo recupera de inmediato: repolarización. La energía necesaria para ello procede mayoritariamente del metabolismo del oxígeno. Si los estímulos irritantes son muy frecuentes o muy fuertes, la célula pierde la capacidad de responder ante éstos, por lo que se encontrará en un estado de despolarización permanente, debilitada y enferma. A nivel de la membrana celular se altera el funcionamiento de la bomba de sodio - potasio, esto puede provocar descargas rítmicas, actuando como campos interferentes.
Los anestésicos locales poseen un alto potencial energético, alrededor de 290 milivoltios, y al ser inyectados en microdosis en las zonas de irritación, despolarizadas, tienen la capacidad de repolarizar y estabilizar el potencial de membrana de las células afectadas, permitiéndoles así recuperarse y estabilizar el sistema neurovegetativo.

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